Voy a hablaros de una historia, la historia de un amor.
No es un amor cualquiera, hay pasión, pero hay dolor.
Voy a hablaros de un ser, que es digno de mención.
Es del color de la sangre, y es todo depravación.
Su hogar es piedra y fuego, y no tiene corazón.
Es el origen de los miedos, y no tiene compasión.
Voy a hablaros de un ofensa, de una grave acusación.
Ella es el mismo demonio, según dice el acusador.
Él no ha visto a Satanás, sino a su reencarnación,
porque aunque la sigue queriendo, sabe que es su perdición.
domingo, 22 de mayo de 2011
sábado, 19 de junio de 2010
lunes, 31 de mayo de 2010
Segundos, minutos y horas suspendidos en el aire. Silencios punzantes. Desapariciones constantes. Es entonces cuando dejas las preguntas aparte ¿De qué sirve preguntar si las posibles respuestas nunca son reconfortantes?
Semejante a un cementerio cubierto de esqueletos. Cada paso en adelante es un tachón en tu boceto. No son más que piezas de diferentes puzzles incompletos. Pensamientos dibujados como si fuesen objetos.
Contornos de sombras difusas. Lo que realmente son, millones de excusas. Palabras pensantes, todas ellas confusas. La desidia inherente a su persona a pesar de sus ideas abstrusas.
Ahora ya deshechas las presuntas alianzas. Muda y sorda la supuesta confianza. La apatía deja cualquier sentimiento listo para la matanza. Aparece desmayada la esperanza. Bueno, historias mundanas que enriquecen nuestra enseñanza...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)